martes, 24 de septiembre de 2013

Burbujas en el Antiguo Régimen

Aunque pueda parecer que las burbujas económicas son un fenómeno reciente, su origen se remonta al Antiguo Régimen y están ligadas a los inicios del capitalismo comercial. Las primeras burbujas estuvieron relacionadas con los tulipanes y las compañías comerciales. 

Para empezar, hay que comprender qué es una burbuja. Podemos entenderlo con el ejemplo de la burbuja inmobiliaria, una de las razones de la presente crisis económica. La burbuja inmobiliaria consistió en un aumento irracional del precio de las viviendas. Las perspectivas de revalorización de las viviendas y las posibles ganancias en el futuro llevaron a mucha gente a endeudarse, contrayendo créditos en los bancos con cláusulas que les comprometían por mucho tiempo. Los bajos tipos de interés facilitaron la extensión del endeudamiento a buena parte de la población de los países afectados. Cuando el precio de las viviendas alcanzó niveles muy elevados, dejó de haber gente dispuesta a comprarlas y los precios se estancaron primero y cayeron en picado después. La falta de demanda paralizó la construcción de nuevos inmuebles y muchos trabajadores de la construcción perdieron sus empleos. La burbuja, que se había inflado hasta niveles imposibles, se deshinchó de golpe. 




En las burbujas hay siempre un periodo de euforia, de compra compulsiva que hace aumentar los precios por la intensidad de la demanda. Quienes compran, esperan obtener un beneficio en el futuro y esta perspectiva de ganancia posterior compensa un gesto que tendría difícil explicación si se analizase de forma racional. En este gráfico podéis ver las fases de las burbujas económicas: 


Etapas de la burbuja


La primera burbuja conocida estuvo relacionada con un bien aparentemente no susceptible de desatar una locura de consumo o producir grandes ganancias: los tulipanes. En el S. XVII los tulipanes se convirtieron en la flor de moda en Holanda. Los miembros de la nobleza los compraban para decorar sus salones y se convirtieron en un símbolo de estatus social. Los tulipanes son atacados por el llamado virus del mosaico (Tulip Breaking Virus) que produce flores de un color no uniforme, con vetas de otros colores, que aumentan la belleza de la flor. Los tulipanes atacados por el virus del mosaico se convirtieron en ejemplares raros, por los que la gente estaba dispuesta a pagar más . 



La creciente demanda de estos tulipanes exclusivos desde Francia hizo pensar que cultivar tulipanes podría convertirse en un gran negocio y desató la locura productiva y especulativa. Como los tulipanes no florecen hasta primavera, las transacciones comerciales se hacían con los bulbos que se encontraban bajo tierra hasta la floración. Con este negocio, los holandeses fueron los inventores de lo que se conoce como contratos de futuros: en realidad el comprador no se llevaba los bulbos a su casa, sino que adquiría el derecho a los tulipanes que florecerían en la primavera siguiente. El comprador tampoco necesitaba desembolsar el precio total del tulipán inicialmente, sino sólo una parte. Los contratos de compraventa se firmaban ante notario y se podían hacer con años de anticipación. Aunque no era necesario pagar el precio total de los contratos, mucha gente se endeudó o empeñó sus propiedades ante la perspectiva de unas ganancias espectaculares. Como la demanda de tulipanes era muy grande, muchos contratos de compraventa se revendieron al mejor postor, con lo que el precio de los tulipanes se disparó. Aquí podéis ver el precio que alcanzaron los tulipanes a lo largo de todo el periodo de la burbuja: 

File:Tulip price index.svg


Para haceros una idea del nivel que alcanzaron los precios, la equivalencia de un florín de 1636 en la actualidad serían 10 €. Aquí tenéis la escalada de precios: : 

- En octubre de 1636 1 bulbo de tulipán valía 20 florines (200 €)
- El 25 de noviembre 1 bulbo valía 100 florines (1000 €)
- El 12 de diciembre 1 bulbo valía 170 florines ( 1700 €)
- En febrero  de 1637 1 bulbo alcanzó el precio de 200 florines (2000 €)

La gráfica refleja precios medios de venta. Se llegaron a pagar 6.000 florines (60.000 €) por un solo ejemplar de la variedad Semper Augustus: 

File:Semper Augustus Tulip 17th century.jpg

 Tulipán Semper Augustus

Cuando en febrero de 1637 los tulipanes comenzaron a florecer y salieron a la venta en los mercados, nadie estuvo dispuesto a pagar el precio que pedían los que habían firmado contratos de futuros de bulbos de tulipán. Por muy exclusivo que fuese un tulipán ¿cuántas personas estarían dispuestas a pagar 2000 € por una sola flor? Al no encontrar compradores, los precios empezaron a caer y los propietarios de los bulbos no sólo no pudieron recuperar su inversión inicial, sino que además tuvieron que hacer frente al pago del precio total de los tulipanes. Ante la ruina de especuladores y productores en el mercado de los tulipanes, el gobierno holandés se vio obligado a intervenir: establecieron que los compradores de bulbos sólo tendrían que pagar un 10% del precio estipulado en los contratos, que aun así era un precios desorbitado por flores que ya nadie quería. 

Para saber más, podéis visitar este enlace: 


La siguiente burbuja tuvo lugar a principios del S. XVIII en Gran Bretaña y estuvo relacionada con una compañía comercial, la Compañía de los Mares del Sur. Ésta había sido creada en 1711 con el aparente objetivo de obtener rentabilidad del comercio con América Central y América del Sur, aunque estos territorios pertenecían a España y tras el fin de la Guerra de Sucesión al Trono de España los británicos sólo habían obtenido el derecho de enviar 500 toneladas anuales de productos a las Indias españolas (navío de permiso). En realidad, el gobierno británico creó la Compañía de los Mares del Sur para deshacerse de su deuda pública y evitar tener que pagar a los compradores de bonos al vencimiento de éstos. El gobierno británico convenció a los tenedores de deuda (los que habían comprado bonos de deuda pública) de que canjeasen estos bonos por acciones de la Compañía de los Mares del Sur y les prometió grandes rendimientos. Se les vendió la idea de que la Compañía obtendría grandes beneficios de su comercio en exclusiva con América del Sur, pero el problema era que estos territorios pertenecían a España, que tenía el monopolio comercial en la zona. El gobierno británico realizó canjes de bonos por acciones de la Compañía en 1711 y en 1717, pero la burbuja no se produjo hasta el tercer canje en 1719. En cada ocasión, el gobierno acompañó los canjes por acciones de la compañía con grandes campañas publicitarias sobre la futura rentabilidad de las acciones. En 1720 se desató la euforia compradora. Como aún no existía la Bolsa de Londres, las acciones se compraban y vendían en los cafés y tiendas de un callejón llamado Exchange Alley. 


File:South Sea Bubble.jpg

Imagen hogartiana de la burbuja de los Mares del Sur
La imagen muestra la locura desatada por comprar acciones en el Exchange Alley. 

Como en el caso de Holanda, mucha gente pidió créditos para poder comprar acciones y la compañía también daba facilidades de pago a plazos. Uno de los que se dejaron llevar por la euforia fue Isaac Newton, el científico. En esta gráfica podéis ver el proceso de la burbuja personificado en su caso: 

El precio de las acciones de la compañía pasó de 100 a casi 1000 libras. Newton invirtió 20.000 libras, animado por la experiencia de algunos de sus amigos, que vendieron sus acciones a un precio muy alto. 

Pero la quiebra de la Compañía del Mississippi en Francia desató una oleada de ventas y el precio se desplomó hasta volver al nivel inicial de las 100 libras. Newton perdió la mayor parte del dinero que había invertido. Tras la experiencia declaró:  "Soy capaz de calcular los movimientos de los astros, pero no la locura de la gente". 

El gobierno británico fue el gran ganador de esta burbuja, porque con el canje de bonos por acciones consiguió reducir su deuda en un 80%. La Compañía de los Mares del Sur continuó siendo un instrumento del gobierno para reducir su deuda. En su vertiente comercial, la compañía basó su negocio posterior en suministrar esclavos negros a las colonias españolas en América (derecho de asiento de negros) y en la pesca de ballenas en el Ártico 

Si queréis saber más, aquí tenéis otro enlace: 


La mayor parte de la información para elaborar esta entrada proviene del libro de Fernando Trías de Bes El hombre que cambió su casa por un tulipán. Qué podemos aprender de la crisis y cómo evitar que vuelva a suceder, Ed. Booket, Barcelona, 2010. 

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